Emma Ojea + Walter Lewin. Arquitectura escolar 1969-1975

Revista Arquitectura. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. Número 194-195. Febrero-Marzo 1975

Iglesia parroquial de San Paio de Navia, Vigo. Román Conde + Urgoiti + Ruiz Castillo. 1969

La iglesia parroquial de San Paio de Navia es uno de los primeros y escasos ejemplos de estructuras laminares de hormigón armado que se han construído en Galicia.

El proyecto, que comienza a redactarse en 1968, es obra de  Antonio Román Conde y de los arquitectos madrileños Ricardo Urgoiti y José Enrique Ruiz-Castillo.

Ricardo Urgoiti y José Enrique Ruiz-Castillo habían trabajado anteriormente con Félix Candela y  como colaboradores de Fray Francisco Coello de Portugal calculando estructuras laminares de hormigón en forma de paraboloide para algunas de sus obras, como la iglesia de Nuestra Señora del Valle en Becerril de la Sierra.

La iglesia de San Paio de Navia  tiene una planta rectangular de 32,5 x 19,25 m,  cubierta por una sucesión de 20 paraboloides hiperbólicos de bordes rectos de 3,25 m de ancho dispuestos simetricamente en 2 grupos de 10 elementos.

Estos paraboloides están formados por láminas de hormigón armado de 15 cm de espesor  sin borde libre, es decir, con  nervios de borde en todo su perímetro. La armadura de las láminas está compuesta por dos mallas, una superior y otra inferior, de Ø 6 mm dispuestas ortogonalmente y reforzadas  con armaduras suplementarias en diagonal en los puntos de apoyo.  Estos apoyos se resuelven con contrafuertes de sección piramidal de hormigón armado que se van alternando a lo largo de la planta con  codales metálicos formados por 2 perfiles en U soldados en cajón.

Por testimonios de la época de construcción podemos saber que la ejecución de las láminas se llevo a cabo con un encofrado simple de madera contrachapada sobre andamios en la cara interior. Se supone que dicho encofrado estaría formado por pequeños paneles rectangulares de madera y que, al estar la superficie dividida por nervios en vanos, se iría ejecutando vano tras vano. Sabemos también que el hormigón de las láminas se extendió y se compactó a mano.